Hasta Nunca Jamás

"Duerme con un ojo abierto, abrazando tu almohada"

-Buenas noches, mamá.
-Buenas noches, cariño- dijo mientras le acariciaba su castaño cabello.

Ella esperó unos instantes parada bajo el dintel de la puerta esperando a que su hija se quedará dormida. La respiración de su pequeña hija se fue convirtiendo en un delgado sonido. Con sumo cuidado cerró la puerta. El leve chirrido de las bisagras rompió el sonido de una noche ventosa.

Entró a su habitación y se cambió las ropas por la pijama, miró televisión y muy lentamente se  fue deslizando al mundo de los sueños. Perdida entre espirales intangibles y canciones inaudibles para cualquier oído escuchó el leve golpeteo en la ventana. Abrió los ojos y le puso atención al golpe que venía de la silenciosa noche. Sonido que ella imaginaba ser producido por un objeto de una punta muy fina.

Ya con todos los sentidos activados se sentó en la orilla de la cama, se puso pantuflas y caminó hasta la ventana. Deslizó la cortina y el sonido se detuvo. Solo la noche estaba del otro lado. Por un instante se quedó mirando la taciturna noche y al agudizar la mirada se percató de un polvo brillante que dejaba una estela.

Tonos dorados flotaban como pequeñas luciérnagas suspendidas en una corriente de aire frio. Mágico era el momento. Tan bello era ese fino polvo. Recuerdos de la infancia ya lejana llegaron y la imagen caricaturizada de un hada se postraron en su memoria.

Tan hundida estaba en esos recuerdos que no escucho el repetir de los leves golpes que ahora venían de otra dirección. Hipnotizada por la dorada estela no escuchó cuando la ventana de su hija se abría. Ligeras pisadas hacían rechinar la duela del cuarto de la niña pero para ella eran nulas a su oído. Aquel momento de discrepancia sensorial se interrumpió cuando un fuerte golpe hizo eco por toda la casa.

Salió corriendo diciendo el nombre de su hija.  Derribó la puerta con su peso, penetrando en la habitación y encendió la luz.

 Algo sostenía a su pequeña. Algo de forma humana pero encorvada. La piel tenia textura similar a la de un lago cuando se seca y la tierra se agrieta formando patrones. La boca tenia escamas en vez de dientes y los ojos eran dos cuentas que segregaban un liquido de un tono guinda intenso. Retazos unidos de forma rudimentaria vestían a aquella cosa. Su niña tenía la mirada perdida.

Ella desgarro sus entrañas por tremendo grito que pegó y la sangre se le volvió hielo cuando eso habló.

-Niños hambrientos. Yo alimentarlos. Volver a nunca jamás.

El sonido de su voz era como el de un animal pronunciando palabras. Con cada sílaba un extraño líquido verde salía por la comisura de sus labios ,para caer en la pequeña niña. Ella trataba de moverse pero aquella voz la dejó helada. Poco a poco la criatura comenzó a levitar, mientras un fino polvo dorado era expedido de su cuerpo.

-Yo...irme. Hadas llevarme- su voz ahora sonaba como un animal siendo sacrificado y que chilla con sus últimas fuerzas.

Poco a poco los dos iban saliendo por la ventana. Las lagrimas rodaron por sus mejillas al ver como su niña era llevada.

-¡NOOOO!- gritó y se lanzó a la ventana.

Sus dedos rozaron los pequeños pies de su hija cuando aquel ser salió despedido al cielo dejando polvos dorados,  entonces ella comenzó a caer. Algunos brillos se pegaron a su rostro para después sentir como se estrellaba en el piso, explotando en mil pedazos. Quedando restos de piel, hueso y dientes esparcidos por el piso.

De un brinco se sentó en la cama. El sudor le recorría la espalda y había dejado una mancha con forma de su silueta en las sábanas. Las manos le temblaban y el corazón retumbaba bajo las costillas. Cuando se calmó pudo escuchar el sonido del televisor de la sala; caricaturas matutinas.

Con pasos, un poco temblorosos, bajó hasta la sala para ver a su niña comiendo cereal y rodeada por muchas hojas de papel. La saludó como hacia todas las mañanas. Comió cereal junto con ella y le pregunto por esas hojas de papel

-Son ideas que tengo para la fiesta con mi nuevo amigo. Dice que él y los niños darán una graaan cena- tomó las hojas y se las dio a su mamá- Se llama Peter- ligeros sollozos salían de la boca de su mamá- Ayer vino a verme- el último dibujo era un retrato infantil de la cosa con la que soñó- y dice que pronto me llevará hasta la tierra de Nunca Jamás. 

Comentarios

  1. Me gustó mucho esta historia corta. Me da la sensación de ser un retelling o un cuento de hadas que se torció (¡que son de mis favoritos!).

    Hay un par de detallitos de puntuación, como un punto faltante al final de un párrafo o una coma pegada a la siguiente palabra, pero nada grave.

    Sigue así, espero poder leer más de tus historias. :)

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    Respuestas
    1. Hola Mariam. Muchas gracias por tu comentario. Esa fue la idea y tengo otras más con cuentos clásicos convertidos en relatos de terror o intentando que sea así jejeje. Seguiré tus consejos para ir mejorando. Gracias por tomarte el tiempo de visitar mi blog :D

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