Eileen
Pequeña y no tan inocente, de
cabello rojizo y mirada color azul. A Eileen le tocó vivir en este reino
terrenal caótico. Con sus 21 años de edad decidió comerse el mundo y qué más daba salir a vagabundear por ahí. Todo en la vida cambia y más cuando, con solo
dar una gota de sangre, se puede conocer la forma en que dejarás el mundo. Las máquinas ya tienen sus años pero siguen siendo una sensación.
A todos les causa un laberinto
emocional conocer el final de sus caminos. Mientras unos se apresuran a llegar,
otros arrojan el papel con tinta negra que te da ese aparato. A nuestra Eileen
le dio una oportunidad de no quedarse sentada en casa y a los dos días de
hacerse la prueba tomó maletas y partió a conocer el mundo.
Ella puede conseguir todo lo que
quiera, si sabe a quién pedírselo. Solo necesita de esos pantalones ajustados y
dejar al descubierto un poco su cadera. Los tacones altos le daban un realce
bárbaro a esas largas piernas. A cualquiera, sin importar sus preferencias,
deja sin aliento.
Vamos, pequeña y dulce Eileen,
sacude los dotes que el mundo te dio. Ve y disfruta de ese concierto, aprovecha
que solo te costó unos besos y uno que otro toqueteo. Ahora deléitate con ese
helado mientras tu compañera de salida roza tus pantorrillas con sus tenis
desgastados. Venga Eileen y parte a otro rincón geográfico del mundo.
Jamás importa el que no conozcas a
nadie a donde vayas. Eres buena para hacer amistades y simpatizarle a las
personas. Solo paga una noche en el hotel, porque de seguro el día de mañana
encontrarás a alguien que te de hospedaje en un cálido cuarto de 4 x 5 metros.
Vamos Eileen, culpa al mundo de ser tan aburrido y no ejercer tu filosofía pro
vida.
Siente la mirada de todas las
personas de la nueva ciudad. Todos te miran fascinados por tu forma tan
peculiar de vestir. Cualquiera quisiera tener ese cuerpo; un hombre entre sus
brazos o una mujer para poder presumirlo. Camina meneando ese cinturón de
estoperoles, dispara el reflejo de las estrellas con esos pequeños trocitos de
metal. Sonríe de forma discreta cuando te voltean a ver.
Sabes que puedes tener a quien
quieras y ahora te fijas en ese muchacho tan delicado. Tan frágil se ve,
pareciera que con estar tan cerca de ti se va a romper. Lo viste entrar a tomar
una cerveza y lo seguiste con cautela. Chico solitario, estaba en la barra y tu, Eileen, te sientas
con confianza a su lado. Eres un poco cruel al poner tan nervioso al muchacho.
Ambos queriendo dar una apariencia delicada en un mundo explosivo.
Cambias un poco las reglas del
juego, le has invitado un par de cervezas para que aflojara un poco la lengua.
Te cautiva esa mente, oculta en tan frágil rostro. Escuchar todos esos nombres
de autores activa algo en ti, algo que jamás habías sentido con los demás. Todo
apunta a que cambiaste de rol en esta partida.
Lo tomas por los hombros y lo
llevas apurada a tu hotel. Tu corazón, tu alma, tus entrañas arden como si una
vela se encendiera. Es Eileen quien ahora cae ante el encanto de un ser tan
delicado. Como si le hubiera arrojado un hechizo, Eileen no para de besar al chico. La niña mala se vuelve sumisa. Todo en su mente parece quedarse en
espera. Es como si un nuevo cuerpo apareciera frente a ella cuando le arranca
la ropa y ve a una frágil chica.
¡Oh Eileen! Tu mente se siente
confundida, pero tu cuerpo quiere disfrutar todo eso que tiene enfrente.
Decides divertirte un poco y maquillas al delicado ser que te acompaña. Sombras
y rímel, se ríe al ver las caras tan chistosas que pones cuando le maquillas.
Aplicas un poco de tu labios color cereza para poder besarle y eres una tonta
por olvidarlo. Sientes como unos dientes atrapan tu lengua y un dolor te patea
la cara cuando sientes cómo te la arrancan. Te da asco el sabor de tu propia
sangre. Nadie te escucha gritar cuando te arrancan trozos de carne. Nadie está detrás de ti para ayudarte.
No es hasta medio día cuando
encuentran tu cadáver lleno de mordidas. Si tan solo hubieras recordado que la máquina es una maldita perra. Si tan solo hubieras recordado que sus mensajes
siempre son encriptados. Si tan solo hubieras recordado que tu tarjeta rezaba
para tu muerte "CHERRY LIPS".
*El cuento anterior está basado en el concepto de "La máquina de la muerte" e inspirado en la canción "Cherry Lips" de Garbage.
OMG! ¡Casi me da algo ese final! Estaba demasiado inmersa en lo que Eilee estaba pensando y sintiendo que también olvidé la razón por la que había iniciado ese viaje.
ResponderEliminarGood job!
Me da mucho gusto que te gustara y de nuevo, gracias por tomarte un tiempo para poder leerlo. :D
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